Oh, Señor, Dios Padre misericordioso, míranos con bondad a los miembros de la familia calabriana; dígnate llenarnos de tu Espíritu, para que respondamos fielmente a tu llamado.
Por la intercesión de la inmaculada Virgen María, de San José, de San Juan Calabria y de todos nuestros patronos, consérvanos siempre en tu amor.
Envíanos religiosos, religiosas y laicos de espíritu apostólico que, unidos en una sola familia, creamos en Ti y en tu Palabra.
Haz que, libres de preocupaciones terrenas, llenos de confianza en tu Providencia y en comunión con quienes te representan, estemos siempre dispuestos a cumplir tu voluntad y a sufrir con Cristo, para que tu santo Reino se establezca en las almas.
Amén.